Estem en moments d’efemèride, en aquest cas del 85 aniversari del naixement de la II República espanyola i tal vegada tinga interès recordar-la amb les paraules finals del llibre “El eclipsde de la fraternidad. Una revisión republicana de la tradición socialista” del folósof polític Antoni Domenech.

“ No deja de haber una trágica pero poética justicia en el hecho de que la Segunda Republica española muriera peleando en excelente armonía, con los ideales de los cuatro mundos[1] que ayudan a entenderla mejor.

Peleó lealmente sostenida casi en solitario, y hasta el final, por su República hermana de México.

Fue traicionada y saboteada criminalmente por quienes habían traicionado antes los grandes ideales democráticos de la Constitución soviética de 1918, fuente de inspiración de la suya.

Se defendió bravamente antes de sucumbir, y hasta llegó a humillar con la sola modestia de sus medios de combate a las pertrechadisimas fuerzas que habían destruido antes a sus Republicas hermanas de Weimar y de Viena.

Y con su mas famoso grito de combate, recordó al siglo xx, y por lo pronto a miles de jóvenes <hospicianos de todo el mundo> que vinieron a pelear y, tantos a morir con ella y por ella en las Brigadas Internacionales, que el viejo ideal de la fraternidad republicana orgullosamente enarbolado por las también fracasadas Republicas francesas de 1793 y de 1848 era un astro poderoso que, aun eclipsado, seguía determinando el campo de gravedad de la política democrática contemporánea: < ¡UHP! >.

[1] Domènech es refereix als mons de “la República germana de Mèxic, l’estalinisme, el feixisme i les Brigades Internacionals” els ideals dels quals havien configurat la lluita política del moment.